lunes, 3 de agosto de 2009

Los dueños del mundo Shipibo


¿Qué son en la Amazonía los Dueños de la Naturaleza (plantas, animales, elementos: vientos, aguas...? ¿Quiénes son los shipibos? ¿Quién es Lastenia Canayo? Los Dueños (Ibo/Yoshin) también llamados Madres y hasta Diablos (por influencia cristiana) son seres poderosos que protegen los elementos de la Naturaleza (plantas, animales, vientos...) y regulan su utilización por el hombre que en reciprocidad está obligado a cuidarlos. Además de la Naturaleza la acción de los Dueños puede incluir a las obras y objetos de la creación humana; y, así, existen el Dueño del Machete Cincho, el Dueño de la Casa Vieja o el Dueño de la Cerámica Antigua. Sin embargo el núcleo dominante es el vegetal como puede apreciarse en el inventario de pinturas y relatos. Son seres que premian, castigan, dan y quitan. Los Dueños son reconocidos con diferentes nombres por cada uno de los pueblos amazónicos. Este libro presenta a 104 Ibo-Yoshin de la tradición oral shipiba recordados por Lastenia Canayo que durante los últimos siete años ha conseguido pintar y bordar más de trescientos Dueños con sus respectivas narraciones.
Los shipibos, con 16 mil habitantes son uno de los pueblos más numerosos de la Amazonía después de los ashánincas (50 mil) y los aguarunas (41 mil). Viven en las márgenes del río Ucayali y sus afluentes altos y bajos, nucleados en pequeñas poblaciones o en familias aisladas por sus pequeñas zonas del cultivo. Han sido junto con los ashánincas los que primero han sufrido el impacto de la presión colonizadora tanto durante la época española como en la República[1]. Han mantenido sin embargo hasta fechas recientes su organización social basada en los clanes y familias extensas. Su relativa proximidad a los circuitos económicos urbanos de la sierra y la costa peruanas han impulsado el desarrollo del pequeño comercio entre los shipibos para completar (o sustituir) sus actividades productivas basadas de antiguo en la agricultura, recolección, pesca y cacería. Chacra-huerto-bosque coordinados (añadamos el Agua de ríos y cochas) que según Lathrapa constituyen el fundamento económico social de las poblaciones amazónicas. A la mujer shipiba, representada en este libro por Lastenia Canayo, corresponde sobre todo el cuidado del huerto familiar, la recolección de las plantas además de artesanías especializadas. Lo que nosotros consideramos leyendas, cuentos o mitos son para esas mujeres y los hombres shipibos conocimientos indispensables para tener éxito en el manejo de todos esos recursos naturales. Esta sabiduría de numerosas generaciones ha sido transmitida dentro de las propias familias con intervención de adultos y niños de ambos sexos. Son narraciones para las horas de descanso y los días de fiesta. En los últimos tiempos sin embargo las presiones modernizadoras vienen alterando las necesidades sociales y sus correspondientes respuestas que a su vez afectan a la totalidad de la cultura incluyendo los valores familiares y el recuerdo de los Dueños y sus aventuras. Probablemente la generación de Lastenia Canayo sea una de las últimas en tener acceso a ese universo de narraciones y de imágenes que hoy día muchos pueden considerar fantasías sin valor práctico pero que han servido durante siglos para constituir su código de conducta, la red de intercambios entre los shipibos y su entorno natural.
Desde 1997 hemos venido trabajando con Lastenia Canayo para recoger esos conocimientos que ella recibió y quiere transmitir. Su verdadero nombre es Pecón Quena, que significa “La que llama a los colores”. Sin embargo durante muchos años Lastenia no pintó. En la comunidad de Roroboya, en el Bajo Ucayali, donde nació (1962), su madre Maetsa Rahua, “La que ve un sonido”, y su abuelo le enseñaron a confeccionar cerámico (chomos, mocahuas, callanas...). Luego, a los ocho años, bajo la protección de su abuelo, el viejo curaca Arístedes García, fue pastora en las chacras de un colono. Mientras trabajaba estudió la primaria y luego su padre (cuyo nombre shipibo era Regado Bonito) la ayudó a estudiar algunos años en la secundaria de Yarinacocha. Casada primero con Quene Bari (Diseño del Sol) y luego con Metsa Base (Bonito Sol), Lastenia sostuvo a sus hijos (Humberto, Iván, Antonio, Silvano) siempre con la cerámica y también con telas pintadas o bordadas; todo para vender a los turistas en Pucallpa y luego en Lima. Hoy, con sus pinturas, cerámicas y collares sostiene a sus nietos.




A partir de toda esa experiencia que no solo es suya personal Lastenia Canayo viene realizando una doble tarea combinada de escritura y pintura. Más allá de su maravillosa calidad la obra de Lastenia Canayo asombra por su cantidad extraordinaria. Hasta la fecha, año 2004 ha producido 387 relatos y pinturas. Además de los Dueños, de los cuales solo presentamos hoy una mínima selección, Canayo ha relatado también numerosos cuentos y relatos que merecerán en el futuro un tratamiento especial con su diverso temario (cuentos de niños, fantasmas, historias sobre los orígenes de los shipibos, aventuras de los migrantes, etc.). El material escogido por Canayo para su pintura ha sido los plumones sobre cartulina canson. Esta opción técnico material resultaría la más adecuada: La acuarela y el óleo debieron ser excluidos por sus altos costos y aprendizajes previos. No hemos descuidado sin embargo el empleo de pigmentos naturales. Es lo que recientemente viene ensayando Lastenia Canayo pintando experimentalmente sobre cortezas de ojé y de caucho “macho”. Todos los dibujos están acompañados de sus textos y entre ambos se apoyan porque esta es una frontera entre oralidad y escritura. Una frontera peligrosa, sobre la que existe un activo debate en el Perú. Hay consenso por lo pronto en que el Castellano (Kuper/Valiente)[2] debería ser enseñado a los pueblos indígenas amazónicos andinos como metodología de segunda lengua. E incluso como lo plantea Cecilia Hare deberíamos pensar en un país trilingüe en el cual los hablantes de lengua autóctona tendrían además la opción de manejar una lengua internacional. Por último todos coinciden en que las lenguas indígenas no queden recluidas al estatuto minusválido de lengua y labores escolares.
Dentro de ese contexto existen situaciones y pasos intermediarios. Todos quisiéramos presentar transcripciones fieles de la oralidad tal como la lengua indígena y el propio español hayan sido escritos. Alguna vez lo hicimos a propósito del quechua andino[3] pero esto no siempre es posible en términos editoriales. Esta vez solo podemos ofrecer al lado de las pinturas de Lastenia Canayo los textos escritos por ella con mínimos cambios para cumplir con la normativa oficial del español. De este modo esos textos podrán llegar a un amplio universo de lectores incluyendo quizás niños y jóvenes de sierra y costa[4].
Para entender los trabajos de Lastenia Canayo debemos incluirlos dentro de este mundo de trincheras y fronteras donde desde hace siglos se viene definiendo el encuentro-conflicto de las culturas amerindias con la colonización occidental. Al parecer el recuerdo de los Dueños es una línea de resistencia cultural difícil de entender, quizás felizmente, desde perspectivas occidentales.
Hay por lo pronto como ya dijimos cierta ambigüedad por parte de los Joni (seres humanos) frente a estos poderosos intermediarios con el mundo natural. Es posible que fuera de la influencia catequística, los shipibos desde antiguo hayan admitido el rol ambivalente de amenaza y protección de estos intermediarios poderosos en lo cual guardan semejanza con las Illas Andinas[5].
Asimismo es evidente que en su imagen reguladora de la Naturaleza y en la estipulación de normas y leyes que expresan su funcionamiento los shipibos constituyen un buen ejemplo de la proyección descrita por Hans Kelsen no de lo natural sobre lo social sino al revés. En otras palabras nuestras primeras y más fáciles explicaciones de la naturaleza no hacen más que proyectar las normas que rigen nuestro mundo social. La dureza-bondad de los Dueños-Demonios en la Naturaleza son inteligibles desde el punto de vista social shipibo y estimulan el principio del Cuidado que convierte a los Joni (a la gente) en guardianes de los seres que aprovechan. De este modo se cierra el círculo de aprovechamiento mutuo y el universo resulta inteligible y completo.

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* Presentación a “Los dueños del mundo shipibo”. Lastenia Canayo. Serie Estudios Andinos y Amazónicos. UNMSM. Centro de Producción Editorial e Imprenta. Setiembre 2004.
[1] Por lo pronto hoy en el siglo XXI ese proceso compromete casi a la totalidad de los pueblos y lenguas amazónicas, como nos recuerda Diana Vindig(*); sólo existen hoy día 14 pueblos indígenas en aislamiento (contacto inicial, esporádico). Casi todos en el bajo Ucayali, Camisea-Cuzco (isconahua, ikobakebu, kugapakori, nanti o kirineri). Esta acción del orden político dominante resulta complicada cuando, según Enrique López (**), las poblaciones indígenas sufren el impacto de la interrupción territorial política de modo que el espacio cultural común tiene que ser dividido entre dos o tres estados nacionales como ocurre con algunas poblaciones de habla andina o amazónica en colindancia con Perú, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile y Ecuador.
(*) Diana Vindig. El mundo indígena 2002 – 2003. IWGIA
(**) Gustavo Solis/Luis Enrique López (compiladores). Pueblos y lenguas de fronteras, 2003.
[2] Wolfgang Kupe/Teresa Valiente Catter. Formación docente en educación bilingüe intercultural en el marco de la modernización de formación docente en el Perú: Visión y realidad de un proceso. En: Cuestiones de lingüística general, hispánica y aplicada. Lima Universidad San Marcos 2004.
[3] Carmelón Berrocal Evanán/Pablo Macera/Rosaura Andazabal. Flora y Fauna de Sarhua. Pintura y Palabra (Textos en quechuañol). Lima, Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA). Hydrocarbures Pérou (ELF). Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). 1999.
[4] Es obvio que toda traducción como recuerdan Espezúa y Romani es un ejercicio de violencia simbólica (Bordieu) que se produce “sobre la base inexistente de una democracia cultural” ya que es desde los centros de poder que se dictan normas respecto a las lenguas “subalternas”. Dorian Espezúa/Maggie Romani. Traducción en la narrativa oral Asháninca. En: Tradición Oral, Culturas peruanas. Lima 2003.
[5] Quizás ambos (Ibos, Illas) procedan de un paleonúcleo vinculado a las más antiguas migraciones hacia América.

2 comentarios:

  1. Siempre es revelador, grato y un privilegio leer los textos de este gran maestro. Gongalo Espino, Pablo Landeo, Hildebrando Pérez G. y otros siguen sus pasos en San Marcos, cada cual a su manera, pero igualmente fecundos en el conocimiento de nuestra extraordinaria diversidad cultural y afirmación de nuestra identidad.

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